No tengo ganas, ni modos. No tengo fuerzas. No tengo aliento. No tengo ni siquiera cicatrices. He cerrado los ojos, he dejado de verte, he dejado de vernos. Nos cansamos de ser y de no ser, de estar y de no estar. Ni entro ni salgo ni dejo comer ni como ni trago ni aguanto ni acepto ni limpio ni ensucio. No tengo motivos. No tengo fotos. No tengo pies ni dientes. No tengo cartera ni perro que me ladre. No tengo DNI ni pasaporte. No tengo fronteras ni barreras. Me caigo, me vierto, derramo mis piernas por las escaleras, cuesta arriba, boca abajo. Me pinto la sonrisa de las fiestas y la borro con el dorso de la mano. Me aburro, me estiro, me contraigo. Alargo la mano y la detengo. Golpeo la pared con los nudillos. Desaparezco, me borro, me escondo bajo las sábanas.
Se me está haciendo tarde, ¿Alguien sabe dónde está la puerta, por favor?
5 comentarios:
Esto...
La puerta es el útero. El exterior, la vida. Tu madre empuja, suda, grita, se congestiona, deseando que salgas, que veas la luz, que abras los ojos, que la mires. Tú dudas. Hay miedo a lo desconocido. El líquido caliente que te mantenía dentro se extingue, se evapora, y empieza a hacer frío. Ya sabes que el mundo va a doler y te resistes a salir. El instinto es más fuerte y empiezas a escurrirte. Cierras los ojos muy fuerte, alguien te golpea, abres la boca, gritas. Todos se alegran. Tu madre llora y sonríe, pero tú no puedes verlo aún.
¡FELICIDADES!
besos miles
No viene a cuento con el post, pero digo, mejor, GRITO:
¡¡¡¡CUMPLEAÑOS FELIZ!!!
Besos
Claro que viene a cuento, Arwen.
Lo bueno y lo malo del tiempo en nuestros marcos de referencia (desde el punto de vista Stephenhawkingniano) es que no tiene vuelta atrás. El cuello del útero es, pues, una de las dos grandes válvulas. El féretro, la otra. Lo de en medio, la vida. Y yo sin poder abrazar a quien quiero.
Mondo cane. Porco governo: non piove.
otra vez...
muchas felicidades
te quiero niña elena ;)
moreas de besos e apertas
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