Como una lucha absurda de peines contra cucharas. Una lucha que no tiene justificación ni ley natural. Por que no hay ley que defienda esto. ¿Dónde está la ley que defiende mis brazos y mi sangre? ¿Dónde la brecha que separa tus púas de mi acero? Este acero endeble de cuchara vencida de tantos lavados bajo el agua fría, de tantos fregoteos bajo la caricia hostil del estropajo. Se me clavan tus púas en la carne seca de tanto desangrarme, tus púas engordadas con mi sangre. Maldita sea mi estirpe de cuchara maldita. Quisiera ser cuchillo, tenaza, alicate. Quisiera ser martillo y aplastarte. O artículo de lujo que se exporta a lugares lejanos, a casas de postín, respetables y respetadoras.
De momento me vale con desparecer de tus cajones. Que un día abras, uno tras otro, los de siempre, y no encuentres nada inusual. Todo colocado escrupulosamente, como a ti te gusta. Los paños doblados por la mitad, y luego en tres pliegues, en el tercer cajón empezando por arriba. Las toallas siguiendo el mismo procedimiento en el armario del pasillo. Las camisas siguiendo un orden de colores, cada percha a la misma distancia de la anterior. La alfombra de la entrada con sus flecos perfectamente colocados apuntando hacia la puerta. La cocina impecable, con los suelos brillantes, la encimera centelleando bajo los halógenos. Las cinco flores frescas en su vaso de tubo sin rodetes.
Recorres las estancias, sorprendido, aunque tampoco demasiado, de que no esté arrodillada en la puerta con tus zapatillas en mis manos para descansar tus pies del largo día. Caminas hasta el fondo de la casa, sin descolocar ni uno solo de los flecos de las alfombras. Ojeas las estancias silenciosas. Ni rastro de esa estúpida cuchara, piensa tu cabeza de peine, con sus neuronas sueltas e inconexas. No descubrirás hasta más tarde, cuando tus púas gruñan por arañar mi pelo, y abras la nevera desquiciado, la nota mi adiós definitivo.
De momento me vale con desparecer de tus cajones. Que un día abras, uno tras otro, los de siempre, y no encuentres nada inusual. Todo colocado escrupulosamente, como a ti te gusta. Los paños doblados por la mitad, y luego en tres pliegues, en el tercer cajón empezando por arriba. Las toallas siguiendo el mismo procedimiento en el armario del pasillo. Las camisas siguiendo un orden de colores, cada percha a la misma distancia de la anterior. La alfombra de la entrada con sus flecos perfectamente colocados apuntando hacia la puerta. La cocina impecable, con los suelos brillantes, la encimera centelleando bajo los halógenos. Las cinco flores frescas en su vaso de tubo sin rodetes.
Recorres las estancias, sorprendido, aunque tampoco demasiado, de que no esté arrodillada en la puerta con tus zapatillas en mis manos para descansar tus pies del largo día. Caminas hasta el fondo de la casa, sin descolocar ni uno solo de los flecos de las alfombras. Ojeas las estancias silenciosas. Ni rastro de esa estúpida cuchara, piensa tu cabeza de peine, con sus neuronas sueltas e inconexas. No descubrirás hasta más tarde, cuando tus púas gruñan por arañar mi pelo, y abras la nevera desquiciado, la nota mi adiós definitivo.
6 comentarios:
Conocerla y conocer su cuento, Zöe, fue todo uno y, claro, un placer. Le seguiré muy de cerca.
Por cierto ¿conoce la vieja canción de Lenny Kravitz "Flowers for Zöe"?
"Gardens for Zoë
And oceans for Zoë
Jungle gym playgrounds
All kinds of things for you to explore"
Besos, Rímini
Halaaaaaaaaaaaa!.
Que bueno! Me ha gustado. Mucho. De mayor quiero una cuchara de esas, de las inteligentes.
besotes, Super-Zoe
Cada día me sorprende usted más, Niña Zoe.
Subversivo, inteligente y original.
Contundente y combativo, sin ser un eslogan, ni un alegato.
Sutil y bello.
Literatura pura, y al tiempo tan real.
Hay cucharas que se crearon sólo para paladares exquisitos.
Enhorabuena.
¿Dije ya que me ha encantado?
bss
ETDN
Rímini: un placer tenerle por estos lares, sea bienvenido. Un placer conocerle! :) Sí conozco la canción, es unos de los dos motivos por los que me gusta el nombre...jeje
Peter: muchas gracias y muchos besos, y muchas veces. Si encuentro la fórmula para hacer cucharas inteligentes, se la paso, lo prometo.
Carmen Moreno: usted sí que me sorprende cada día, y consigue que me sorprenda a mi misma. Muchas gracias por ser y por estar.
ETDN: hace usted que me sonroje...Gracias por su crítica, usted is que es una cuchara para paladares exquisitos.
Es buenísimo, pero aún gana más leído a viva voz.
Mil besos,Zoe.
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