1) Enlazar a la persona que lo envía.Ya está enlazada.
2) Enumerar seis cosas sin importancia que nos hagan felices.Me hace feliz:
-Tomar un café charlando con alguien apreciado, y que me dure horas, aunque se enfríe... Lo importante es que la carla hace que el caf helado te parezca recien hecho.
-La noche de Reyes, y el día de Reyes.
-El frío intenso en la cara, con todo el cuerpo calentito, paseando por Preciados en Navidad mientras busco regalos para lagente que quiero.
3) Hacer constar las reglas.Aquí las hago constar.
4) Elegir a seis personas que continúen el desafío. ¡Uuuy, lo más difícil! ¿A quién se lo mando? En esta ocasión les ha correspondido a seis amigos blogueros:
A Carmen Moreno de Oceano de Gondal
A Aroa de El viaje de las pléyades
A Viki de Jardines Privados
A Yoani Sanches de Generacion Y
A Microalgo de La zona fótica



El Retiro pensando "ya nada es lo que era."
La Plaza Mayor haciéndose pequeña a medida que yo crezco. El Plaza Menor. Un jardín tropical encerrado en una estación. Los enormes andenes rojos en Chamartin que me avisan que ya estoy ahí, que ya he llegado.
El chocolate en San Ginés cuando hace frío fuera.
La librería San Gines.
El Arco de Cuchilleros, el Viaducto, la calle coloreros con sus bares Imperfectos, los bocatas de calamares sin tomate untado ni ná en las callujas de Plaza Mayor, las fachadas con trampantojos,
el kilómetro cero, ya apenas visible. El Rastro. El Rastro. Ella y yo paseando por el rastro después de amanecer con un temblor de tierras.
El metro inacabable, el metro que vuela, el metro y sus empujadores a la japonesa. La calle Huertas con los suelos literarios. Los dibujos de Mingote cubriendo fachadas en obras. Las loteras de Sol, custodiadas por Tio Pepe.
Las mil manifestaciones de CCOO. Las mil manifestaciones por una vivienda digna, por un barrio limpio de putas, por un barrio limpio de cacas, por los sueldos congelados, por los continuos fallos de ese metro que vuela, por las bombas en atolones, por la familia, por la Républica, por el Orgullo,... La sangre de San Pantaleón licuando y solidificando. Los mil japoneses con sus mil cámaras de fotos. Sus lolitas, cada vez más tempranas. Los chinos vendedores de tallarín nocturno en Gran Vía, con o sin tomate.












